Fanny Ardant, una entrevista con ella en el magazin finisemanal del
diario. Fue la compañera de François Truffaut, cuya muerte, cuando ella
recién acababa de dar a luz a una hija de ambos, la sumió en un trauma
que duró bastante. Yo la cuento en mi decena francesa (Moreau, Deneuve,
Ardant, Huppert, Binoche, Bonnaire, Béart, Marceau, Tautou, Sagnier) y
no me pierdo una sola peli suya. Y lo que más admiro de ella, aparte de
su talento como actriz, es su capacidad, que raya en el cinismo, de
burlarse del mundo. Por ejemplo, en esta entrevista cuenta, y me parece
verla explicándolo, con cara de palo, que hace algún tiempo quiso «ir
donde los guerrilleros de las Farc, en Colombia. Me ofrecí como canje
para la política Ingrid Betancourt porque siempre se quejaba de que
quería regresar a su casa. Sólo que la gente bienpensante no me tomó en
serio: “¿Cómo puede usted tomarse a broma a la pobre
mujer?”. ¡Pero es que hubiera sido súper, con esos bellos varones en la
jungla!». Y más adelante: «No
tengo ganas de llegar a los 120 años ni tengo nada en contra de
emprender lo que sea para finiquitar el proceso de envejecimiento. Lo de
pensar permanentemente en la salud no es más que otra forma de
fascismo. De todos modos me gustaría que me mataran. Preferiblemente con
un buen cuchillo. Seguro que sería más fácil de un disparo. Pero con un
cuchillo es más dramático». Ay Fanny Fanny Fanny, te adoro...
Ricardo Bada (Huelva/España, 1939), escritor y periodista residente en Alemania desde 1963
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