Leyenda viva del cine, políticamente incorrecta y enemiga del feminismo ortodoxo
Leyenda viva del cine francés,
musa de François Truffaut, descarada, enemiga del feminismo ortodoxo y
políticamente incorrecta. Fanny Ardant (Saumur, 1949) vuelve a la gran
pantalla con Bright Days Ahead, una comedia dirigida por Marion Vernoux
que dignifica las pasiones intergeneracionales y que se presentó en el
Festival de Toronto. A sus 64 años, Ardant mantiene su atractivo y el
ímpetu con el que indignó a las feministas al declarar que prefería
cenar con un hombre estúpido a la compañía de una mujer inteligente.
Hablamos con ella de los toy boy (hombres jóvenes que salen con mujeres
mayores), de la falta de privacidad en internet y de que no tiene
televisión ni lee prensa.
¿Como su personaje, ¿teme la jubilación?
Soy una actriz y es un oficio diferente a otros trabajos. En el cine
siempre van a necesitar a mujeres mayores para interpretar papeles de
ese rango. Una de las actrices a las que más admiro es Vanessa Redgrave,
porque era una de las más bellas del mundo, recuerdo Blow Up, con
Antonioni, y año tras año siempre ha mantenido su dignidad como mujer
que iba cumpliendo años...
¿Alguna vez piensa a qué se dedicaría si se retirara?
Abriría una pequeña peluquería en una pequeña villa italiana. No en
una gran ciudad como París, porque las mujeres son unas estiradas. El
trabajo del salón de belleza guarda un vínculo con la actuación, porque
cuando estás sobre el escenario actúas con el deseo inconsciente de
procurarle felicidad a la gente, para cambiar su visión de la vida, para
ayudarles a salir de su desesperanza. Con la peluquería sucede lo
mismo.
‘Bright Days Ahead’ aborda la relación entre una mujer mayor y
un chico más joven.
¿Cómo considera que la sociedad está encajando este
tipo de relaciones?
El mayor cliché es la opinión de la sociedad de que la relación no va
a durar. Lo cual es una estupidez. Podemos hallarnos ante una gran
historia de amor. Mira el caso de Marguerite Duras. Se enamoró de un
homosexual 30 años menor que ella. Bebían vino como dos locos, la
burguesía parisina no lo aceptó, pero qué importa, vivieron juntos 20
años. Fue una fantástica historia de amor. Pero el tipo de chismorreo
que despierta es el mismo que provoca la relación entre un hombre mayor y
una chica joven. Todo el mundo dice que ella busca el dinero.
¿Piensa que la crítica es diferente en esa inversión de roles, que vivimos en un mundo regido por los hombres?
Creo que la sociedad es conformista, pues concibe la familia como
papá, mamá, bebé y casita; pero no tenemos por qué plegarnos a ese
convencionalismo. El amor entre religiones, etnias, edades sigue siendo
amor. Luego está el síndrome de la alfombra roja, el joven musculoso con
una mujer de 88 años; eso es espectáculo, sexo, puro Hollywood, porque
los novios se lucen como si fueran conquistas. Para mí, una historia de
amor no se muestra a los demás, forma parte de tu vida privada. Un amor
real ha de ser clandestino.
¿Se le resisten los computadores igual que a la protagonista de ‘Bright Days Ahead’?
Tengo un nivel muy básico, sólo uso los computadores para escribir o enviar correos, pero odio las redes sociales.
¿Por qué?
No entiendo para qué sirven. Estoy segura de que suena pretencioso, pero nunca leo periódicos ni veo la televisión.
¿Ha sido muy selectiva en su carrera?
Nunca me he considerado una actriz profesional, sino que me he manejado por impulsos. Cuando he querido un papel, he ido por él.
También en ‘Rasputín’
En el imaginario popular, Fanny Ardant evoca grandes pelucas y corsés
de época. Frecuente ha sido su participación en películas históricas,
lo que se ha convertido en un sello personal. Su último proyecto ha sido
el estreno de ‘Rasputin’, donde interpreta a la emperatriz Alejandra de
Rusia bajo las órdenes de su amigo Gérard Depardieu.
Ardant reconoce que a menudo recibe propuestas de papeles de mujeres de su edad malvadas, celosas y amargadas.
Y, por eso, suele rechazarlos: “No quiero pasar el resto de mi vida interpretando a mujeres que odio”, afirma.
BEGOÑA DOÑAT
Para EL TIEMPO
Toronto.
Para EL TIEMPO
Toronto.
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