Inglaterra está dividida por la política y la religión. Elizabeth será la sucesora de María Tudor quien, sin descendencia y convertida en referente de los católicos en Inglaterra, propugnará el encarcelamiento de Elizabeth, aunque no firmará su pena de muerte, en un intento por detener el dominio del país por parte de los protestantes y perpetuar el catolicismo en él. Con el paso de los años, Elizabeth reinará y será la mujer que más y mayores decisiones tendrá que tomar para sacar el país adelante de acuerdo con su fe. Los suyos y el pueblo le exigirán que tenga descendencia, pero su amante no reúne las condiciones exigidas, lo que desatará en ella decisiones a veces crueles. Por muchas razones, pero especialmente por su equilibrio, “Elizabeth” es un título a tener en cuenta, no sólo por sus valores cinematográficos sino por su voluntad de rigor histórico. Es, en fin, un ejercicio cinematográfico por encima de la media del cine histórico tradicional en todos los sentidos. Fanny , con
Para escuchar y ver a Fanny Ardant