Las imágenes son en blanco y negro. Un hombre escondido en un sótano, Jean-Louis Trintignant, observa por el ventanuco instalado en lo alto de su refugio subterráneo el paso de una mujer. O mejor, las piernas delgadas cuyas formas se hacen nítidas en el terso satinado de las medias de seda, el paso ligeramente ondulante y firme sobre los tacones altos.
No fue ésa, con seguridad, la primera imagen que tuvimos de Fanny Ardant. Antes de aquel maravilloso cuento policial que en la Argentina fue rebautizado "Confidencialmente tuya", Fanny ya había dado pruebas de temperamento, distinción y sensualidad en "La mujer de la próxima puerta", el primer compromiso de importancia que le confió el cine. Pero la memoria elige aquella marcha, quizás empujada por otros recuerdos.
En verdad, había un antecedente.
* * *
"¿Son mágicas las mujeres?", preguntaba insistentemente Jean-Pierre Léaud en "La noche americana". Hasta que daba con una respuesta satisfactoria: "Las mujeres no; las piernas de las mujeres son mágicas; por eso nosotros llevamos pantalones".
Quien hablaba por boca del personaje era, claro, Francois Truffaut. Todavía -era 1973- Fanny no había asomado en el cine. Después -cuando él la descubrió en un teleteatro y le confió los papeles protagónicos de sus dos últimas películas- tuvo oportunidad de certificar con la cámara, mirando con los ojos de Trintignant, aquella condición mágica de las piernas femeninas. Quizá también de rendir un homenaje a la mujer que amó hasta el final.
* * *
Truffaut supo ver en ella algo más que la natural seducción de su figura estilizada, sus ojos grandes de mirada intensa y su boca voluptuosa. Bajo esa exacta combinación de señorío y femineidad traída de la cuna y moldeada en los años de estudios en Mónaco, se adivinaba un corazón fogoso, una rica interioridad, cierto misterio. Fue el entrañable creador de "Los cuatrocientos golpes" quien empezó a explorar esos pliegues; Fanny aprendió a utilizarlos con inteligencia en beneficio de sus personajes.
Es lo que exige de ellos: espesor. Aprendió con Shakespeare y con Moliére que las criaturas de ficción sólo son interesantes cuando se las ve humanas, cuando en ellas conviven grandeza y pequeñez, heroísmos y flaquezas.
* * *
Y supo elegirlas y sacarles provecho, casi siempre con la guía de grandes directores: Truffaut, Resnais, Schloendorff. Con Ettore Scola, compuso la amante culposa y oculta de Vittorio Gassman en "La familia"; con Margarethe von Trotta, tradujo la contenida emotividad de la mayor de las "Tres hermanas" chejovianas.
Antonioni le dio el personaje central de uno de los episodios de "Más allá de las nubes" y ella retribuyó la confianza (se verá dentro de poco) con una desgarradora mirada a cámara que es puro dolor y desolación.
* * *
Está cerca de los cincuenta y no ha perdido la sensualidad ni la distinción. En "Juegos peligrosos", le basta con instalar en su rostro una sonrisa engañosamente inalterable para mostrar con qué perversidad es capaz de divertirse a costa del ridículo ajeno. Si se mira bien, también se verá que desliza en ese rostro zumbón una pizca de vacío.
Las piernas están ahora cubiertas por la abultada falda de una aristócrata del siglo XVIII. Pero la magia persiste.
Fuente: La Nacion
Fernando López
No fue ésa, con seguridad, la primera imagen que tuvimos de Fanny Ardant. Antes de aquel maravilloso cuento policial que en la Argentina fue rebautizado "Confidencialmente tuya", Fanny ya había dado pruebas de temperamento, distinción y sensualidad en "La mujer de la próxima puerta", el primer compromiso de importancia que le confió el cine. Pero la memoria elige aquella marcha, quizás empujada por otros recuerdos.
En verdad, había un antecedente.
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"¿Son mágicas las mujeres?", preguntaba insistentemente Jean-Pierre Léaud en "La noche americana". Hasta que daba con una respuesta satisfactoria: "Las mujeres no; las piernas de las mujeres son mágicas; por eso nosotros llevamos pantalones".
Quien hablaba por boca del personaje era, claro, Francois Truffaut. Todavía -era 1973- Fanny no había asomado en el cine. Después -cuando él la descubrió en un teleteatro y le confió los papeles protagónicos de sus dos últimas películas- tuvo oportunidad de certificar con la cámara, mirando con los ojos de Trintignant, aquella condición mágica de las piernas femeninas. Quizá también de rendir un homenaje a la mujer que amó hasta el final.
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Truffaut supo ver en ella algo más que la natural seducción de su figura estilizada, sus ojos grandes de mirada intensa y su boca voluptuosa. Bajo esa exacta combinación de señorío y femineidad traída de la cuna y moldeada en los años de estudios en Mónaco, se adivinaba un corazón fogoso, una rica interioridad, cierto misterio. Fue el entrañable creador de "Los cuatrocientos golpes" quien empezó a explorar esos pliegues; Fanny aprendió a utilizarlos con inteligencia en beneficio de sus personajes.
Es lo que exige de ellos: espesor. Aprendió con Shakespeare y con Moliére que las criaturas de ficción sólo son interesantes cuando se las ve humanas, cuando en ellas conviven grandeza y pequeñez, heroísmos y flaquezas.
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Y supo elegirlas y sacarles provecho, casi siempre con la guía de grandes directores: Truffaut, Resnais, Schloendorff. Con Ettore Scola, compuso la amante culposa y oculta de Vittorio Gassman en "La familia"; con Margarethe von Trotta, tradujo la contenida emotividad de la mayor de las "Tres hermanas" chejovianas.
Antonioni le dio el personaje central de uno de los episodios de "Más allá de las nubes" y ella retribuyó la confianza (se verá dentro de poco) con una desgarradora mirada a cámara que es puro dolor y desolación.
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Está cerca de los cincuenta y no ha perdido la sensualidad ni la distinción. En "Juegos peligrosos", le basta con instalar en su rostro una sonrisa engañosamente inalterable para mostrar con qué perversidad es capaz de divertirse a costa del ridículo ajeno. Si se mira bien, también se verá que desliza en ese rostro zumbón una pizca de vacío.
Las piernas están ahora cubiertas por la abultada falda de una aristócrata del siglo XVIII. Pero la magia persiste.
Fuente: La Nacion
Fernando López
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