El 9 de enero de 1989, en la ciudad de Madrid, aparece en "Gente" del diario ABC esta nota escrita por la periodista Blanca Badías: "Los admiradores de la elegancia insolente, de las miradas infinitas y de las bocas grandes están de suerte: su musa, Fanny Ardant, va a figurar dentro de pocos días en las carteleras de toda Europa. "No llores, mi amor" es el título de su último trabajo, dirigido por Tony Gartlif, en el que Fanny interpreta a Rosana, una joven actriz que se siente enormemente influenciada por un marido cineasta. Pero esto no es todo. La actriz sigue siendo noticia y, en este caso, los afortunados son nuestros vecinos galos, ya que, desde hace escasos días, no tienen más que conectar el canal A2 de televisión para que las desmesuradas facciones de Fanny, siempre en su dosis justa, aparezcan caracterizadas de época en sus receptores. Su "rol" es el de una dama aristocrática que se ve inmersa en los hechos revolucionarios de 1789. "Es