A mí siempre me gustó coleccionar cosas. Comencé mi primera colección cuando tenía 5 años. Recuerdo que mi mamá me compraba la revista "Billiken" cada semana y que soñaba con ver mi pila de "billíkenes" crecer con entusiasmo. No creo haber protegido más cosa que eso. Mi felicidad era tocar las revistas, mirarlas, hojearlas, abrazarlas, dormir con ellas. Después coleccioné todas las muñecas de raza negra que hubiera en cualquier lugar del mundo; le exigía a mi mamá, cada vez que se iba de viaje a algún lado, las características de "mi futura negra" y las pedía con rulitos, ojos azules y si es posible que no hablara. Las colecciones se hicieron infinitas en mi vida: seguí con las sorpresas que venían en los chupetines "Topolín", los personajes del chocolate "Jack", las zapatillas de colores "All Star", los payasos "Plavinil", mis autos marca "Estanciera", mi despensa de fiambres completamente de plástico, los libros de Borges, los cuentos de Cortázar, los poemas mal escritos por mí, mi asistencia a los teatros, el cine, las charlas a las 3 de la tarde con mi abuela, las aceitunas, el asado a la parrilla, los mates, los postres Danette... Hoy creo seguir la misma tendencia. En este momento estoy muy feliz porque he encontrado una linda foto de Fanny para mi nueva colección ardántica...
A mí siempre me gustó coleccionar cosas. Comencé mi primera colección cuando tenía 5 años. Recuerdo que mi mamá me compraba la revista "Billiken" cada semana y que soñaba con ver mi pila de "billíkenes" crecer con entusiasmo. No creo haber protegido más cosa que eso. Mi felicidad era tocar las revistas, mirarlas, hojearlas, abrazarlas, dormir con ellas. Después coleccioné todas las muñecas de raza negra que hubiera en cualquier lugar del mundo; le exigía a mi mamá, cada vez que se iba de viaje a algún lado, las características de "mi futura negra" y las pedía con rulitos, ojos azules y si es posible que no hablara. Las colecciones se hicieron infinitas en mi vida: seguí con las sorpresas que venían en los chupetines "Topolín", los personajes del chocolate "Jack", las zapatillas de colores "All Star", los payasos "Plavinil", mis autos marca "Estanciera", mi despensa de fiambres completamente de plástico, los libros de Borges, los cuentos de Cortázar, los poemas mal escritos por mí, mi asistencia a los teatros, el cine, las charlas a las 3 de la tarde con mi abuela, las aceitunas, el asado a la parrilla, los mates, los postres Danette... Hoy creo seguir la misma tendencia. En este momento estoy muy feliz porque he encontrado una linda foto de Fanny para mi nueva colección ardántica...
Comentarios
pues sí, es bonita esta foto, se ve una Fanny muy natural.
Yo nunca he coleccionado nada en especial, pero veo que tenemos gustos muy parecidos...charlar hasta tarde, el cine, el teatro y ¡¡Cortázar!! Casualmente "Rayuela" es mi libro favorito. Por cierto, tengo que felicitarte por la creación de un nuevo adjetivo, "ardántica" (es bueno eso de ir enriqueciendo la lengua).
Un besote,
Cristina.
Su estilo era una especie de realismo mágico, "surrealista", mezclaba la realidad con "el otro lado de las cosas" y los lectores terminábamos pensando que estábamos soñando o que todos estaban locos en esa narración que él nos contaba. Yo aprendí a escribir con Cortázar. Es como una guía cuando empezás a escribir, tiene frases únicas, comienzos inolvidables, finales desopilantes.
Yo realicé muchos talleres literarios y amo la literatura. Siempre soñé con dedicar mi vida a la escritura pero por ahora sólo me dedico a aprender, a leer y a escribir lo que puedo.
Te envio muchos besitos y que la comunicación fluya.